Sitio de Alejandro Lavquén

Publicar esta denuncia contra el Consejo Nacional del Libro y la Lectura, teniendo como base mi propia experiencia en la apelación a los resultados de un proyecto, la realizo porque considero que todo ciudadano tiene el derecho y el deber de denunciar públicamente los actos oscuros que ocurran dentro de las entidades estatales. Antes de ir al asunto en cuestión, quiero expresar que tras mi carta pública a la ministra de Cultura he recibido una enorme cantidad de correos de escritores que me cuentan hechos graves que han sufrido, en carne propia, durante los procesos concursables del Fondo del Libro, incluso narran actos que caen en la categoría de la corrupción por parte de algunos evaluadores y jurados. Lamentablemente, por diversos motivos no se animan (o atreven) a denunciarlos públicamente. Ojalá lo hagan en algún momento, porque a mí no me corresponde publicar lo que se me cuenta de modo confidencial.

Ahora, pasando al punto a exponer, lo primero es decir que tengo muy claro que cuando uno postula a un fondo concursable puede perder o ganar, son las reglas y se aceptan. Pero lo que es inaceptable se produce cuando se pierde producto de malas artes por parte de los evaluadores, la desidia de los consejeros del libro y el manejo manipulador de las autoridades y el aparato técnico-burocrático-administrativo que funciona dentro Consejo Nacional del Libro y la Lectura, el mismo aparato que complotó contra la destacada poeta Gladys González (cuando se la nombró secretaria ejecutiva del Consejo del Libro) a vista y paciencia de la ministra Brodsky y del presidente de la República, que se dice un gran admirador de la poesía chilena; y de Pablo de Rokha en particular, como lo dejó claro en su última gira a China.

Dicho lo anterior, expongo: En Ediciones Estrofas del Sur postulamos, en categoría “Apoyo a Libro Único” el proyecto “Pablo de Rokha, antología esencial”, concurso 2023, la más grande antología realizada de Pablo de Rokha desde la que publicó el mismo poeta en 1954. Contiene poemas de todos sus libros y algunos nunca antes antologados, así como una extensa iconografía de portadas en colores, fotografías y una completísima bibliografía. La evaluación quedó a cargo de María Fernanda Arrau Lorca, Darío Ignacio Piña Piña y Camila Francisca López Sandoval. Y como el proceso indica que cada proyecto lo evalúan individualmente dos evaluadores y el tercero se incorpora en la evaluación colectiva, evaluar individualmente correspondió a María Fernanda Arrau Lorca y Darío Ignacio Piña Piña. Se pone puntaje en cuatro ítems: Antecedentes de postulación, Viabilidad, Calidad del proyecto editorial e Impacto potencial. La señorita Fernanda Arrau calificó todos los ítems con máximo puntaje (100 puntos), pero el señor Darío Piña, quizás porqué oscuras razones, fue restando puntaje en su evaluación individual con argumentos fuera de bases y notoriamente absurdos e implícitamente mal intencionados, como lo demostramos contundentemente en la apelación, pues el señor Piña, si bien reconoce la calidad del proyecto, evalúa e inventa calificaciones que las bases no solicitan. Realizada la apelación y reclamo, el aparato técnico-burocrático-administrativo que funciona dentro Consejo Nacional del Libro y la Lectura, porque son ellos quienes deciden, no los consejeros del libro (que a estas alturas ya no deberían existir pues no pesan nada dentro de las decisiones, son solo un adorno), si bien reconocieron errores en la evaluación la rechazaron. Esto a pesar de que la evaluación colectiva la realizó solamente el señor Piña de acuerdo a los documentos oficiales de evaluación obtenidos por ley de trasparencia (adjunto las evaluaciones íntegras (2 PDF) a esta columna de denuncia). En ellos se puede leer claramente que el señor Piña impuso manipuladoramente sus argumentos mal intencionados. Finalmente, reproduzco los argumentos de la apelación, que son claros y muestran una punta de iceberg, de malas prácticas, dentro del Consejo del Libro y la Lectura.

  1. Primera transgresión de las bases: El señor Darío Piña realizó solo la evaluación colectiva, lo que está fuera de bases, pues la evaluación colectiva la deben realizar los tres evaluadores, ya que para eso se les paga con dineros del Estado. Es más, existen mentiras de por medio, dado que la ORD: 466 del 28/04/2023, vía ley de transparencia, dice que la evaluación colectiva la realizaron Darío Piña, Fernanda Arrau y Camila López, cuando la ficha de evaluación colectiva (también vía ley de transparencia) indica claramente que dicha evaluación la realizó solo el señor Piña. Y ante esta situación el señor Piña impuso su criterio a sus anchas y en despoblado. (Los documentos oficiales del Fondo del Libro respaldan nuestra denuncia).
  2. Segunda transgresión de las bases: El señor Piña baja el puntaje en la sección “Calidad del proyecto editorial” porque dice que nuestro catálogo no es lo suficientemente sólido para sostener tan excelente publicación. Es decir, repite en la evaluación colectiva (que realizó solo) lo mismo que expresó en su evaluación individual. Eso además de ser discriminatorio y ofensivo, transgrede las bases porque en ninguna parte dice que se debe evaluar considerando la cantidad de títulos que tenga una editorial. Y lo que ha hecho el señor Piña sí es “un error determinante” en la no adjudicación del proyecto, un vicio sin duda alguna. (Los documentos oficiales del Fondo del Libro respaldan nuestra denuncia).
  3. Tercera transgresión de las bases: El señor Piña baja el puntaje en “Impacto potencial” argumentando que faltan los nombres, entre otras aseveraciones fuera de base, de las instituciones educacionales y medios de prensa a los que se enviarán los libros ni cuántos libros. Todo eso está fuera de bases. Este punto fue reconocido en la REX 2070, pero, como dijimos, no lo consideraron suficiente para reevaluar el proyecto, incluso a pesar de su absurdo cálculo hipotético.

Dado lo anterior y considerando los errores manifiestos que demostramos en los puntos 1, 2 y 3, la conclusión evidente, siguiendo el mismo criterio del consejo, es la siguiente:

  • Antecedentes de la postulación tiene 100 puntos y Viabilidad tiene 100 puntos.
  • Impacto potencial tiene 90 puntos, pero de acuerdo a la REX 2070, reconoce un error en la bajada del puntaje. Por lo tanto, y dado que la bajada de 10 puntos fue sobre la base de un error; o sea una transgresión a las bases, lo más justo y razonable, ante el reconocimiento del error, es devolvernos los 10 puntos, dejando este ítem en los 100 puntos que le corresponden, sobre todo considerando que el segundo evaluador sí lo calificó con 100 puntos. Cualquier otra decisión es claramente una arbitrariedad mayúscula.
  • Calidad del proyecto editorial tiene 90 puntos. Y no obtuvo 100 puntos por otra transgresión a las bases, pues el señor Piña consideró, como se puede leer en la evaluación colectiva (que realizó solo él, como se comprueba en el documento oficial del Consejo) y en su evaluación personal, que poseíamos pocos títulos, cuando jamás dice en las bases que se debe tener presente en la evaluación la cantidad de títulos de una editorial: El señor Piña dice en su evaluación personal: “su catálogo, si bien ya presenta un libro del poeta, no es lo bastante sólido ni extenso para considerarse un buen apoyo para la presente postulación. Este es sin duda el punto más bajo al respecto”. En la evaluación colectiva se señala: “su catálogo, si bien ya presenta un libro del poeta, no es lo bastante sólido ni extenso para considerarse un buen apoyo para la presente postulación. Este es sin duda el punto más bajo al respecto”. Esto comprueba que el señor Piña, al realizar solo él la evaluación colectiva impuso arbitrariamente su criterio sobre la base de una transgresión de las bases que sí fue determinante en la no adjudicación del proyecto. Más aún si el segundo evaluador también calificó con 100 puntos este ítem. Por lo tanto, lo que corresponde en justicia es restituirnos los 100 puntos dado que el error de evaluación es clarísimo como lo acabo de demostrar. Al bajar 10 puntos en razón de algo que no está en las bases, es muy reprochable y demuestra mala intención. Entonces, lo justo es entregarnos en justicia los 10 puntos correspondientes, pues fueron quitados injustamente, los que dejaría, en justicia este ítem también en 100 puntos.

Evaluación individual

Evaluación colectiva

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